Ahora que Podemos
¿Podemos ya?
El sentido de la oportunidad ha sido siempre fundamental para cambiar el curso de la historia, y aunque no siempre se consiga de manera radical, resulta indispensable no dejar pasar ninguna ocasión de ir cimentando el futuro, sembrando de pequeños cambios el camino de los haceres para ayudar a crecer al árbol del que después recoger los frutos.
En mayo de 2011, como preámbulo de unas elecciones nacionales, y ante el desprestigio de la política y de los políticos, surgió a nivel nacional un movimiento que vino en llamarse de indignados como contestación al sistema de gobierno en España, asentado sobre el binomio PP-PSOE y sin estímulos a la participación ciudadana. Ante quienes vieron en ello algo efímero constatamos el vuelco estratégico que ha supuesto la irrupción de Podemos en el panorama político en España y que parece recoger los frutos de aquella algarabía en las elecciones europeas de este año.
El horizonte político en este momento es pues la siguiente convocatoria de elecciones: a Ayuntamientos y Autonomías del próximo año (24 de mayo de 2015), e inmediatamente después las nacionales (finales de 2015 o principios de 2016).
Todos los partidos políticos progresistas, algunos de los cuales intentaron arrimar el ascua a su sartén acercando posiciones al movimiento 15M mientras otros, dejando bien claros sus intereses de clase (o casta, como gusta de definírseles desde la formación novel), apoyaron con cierta tibieza no tanto el movimiento crítico generado, como el innegable toque de atención que supuso. Tras las últimas elecciones europeas a todos ellos se les ha aparecido igualmente el fantasma del inmovilismo y corren a jugar ficha para atenuar la situación desestabilizadora que se les ha presentado.
Con todo ello, no podemos sino congratularnos y apoyar toda iniciativa, que suponga un cambio sustancial de las reglas del juego político nacional, occidental y capitalista, bien de manera inmediata, bien en largo recorrido.
Cuando se habla de democracia hay muchas maneras de entenderla. Desde ir a votar cada cuatro años, a la militancia diaria, hay muchas concepciones intermedias, pero es innegable que el punto al que se está llegando en Podemos, sería una óptima forma de entenderla para que cualquier partido político se asuma como democrático, más allá del concepto de democracia representativa, objeto de limitada salud, como demuestran sus frutos que plagan los periódicos diariamente.
Por decirlo de otro modo: temas como la mayor participación ciudadana en la toma de decisiones políticas (teniendo en cuenta a los militantes, a los simpatizantes e incluso a la ciudadanía organizada), la justicia social universal, la distribución equitativa de la riqueza, el funcionamiento democrático interno de los partidos políticos, y otras no menos importantes de índole más coyuntural, como son la constitución de la Tercera República, la educación y sanidad públicas y universales, la modificación de las leyes electorales españolas,...están en el terreno de juego.
Hay formaciones políticas que están haciendo verdaderos esfuerzos por implementar estos temas y, lo que es más loable, la forma de trabajo, indudablemente alentadas por el impacto en el panorama político del 15M y Podemos, que por voluntad, energía y la ausencia de trabas organizativas, están pudiendo desarrollarlo con más eficacia.
El Colectivo Atacatá tiene como parte de su idiosincrasia la participación y empoderamiento ciudadano. Por eso entendemos que este trabajo con y para la ciudadanía se debe llevar hasta sus últimas consecuencias más allá de la batalla puramente electoral. Tenemos razones para pensar que dicha profundización se va a producir, así que no podemos más que acompañar y alentar a la participación en estos procesos a todo aquel que piense que la política la hacen los otros. Y sobre todo a quien piense que la Política es de la ciudadanía.
Colectivo ATACATÀ