Uno se cansa de caer bien al camarero
y , después, sólo después,
tocar en su garito
(eso sí, gratis)
Y se cansa de salvarse
en cada esquina de rutina
que es la linea recta que no elige
y sin convicción se dice: "orejeras"
(eso sí, de las buenas)
Uno se cansa de cansarse
y de recuperar las fuerzas
o no, y por que ha de ser así,
esperar al borde de las mantas
a que suene el despertador
dentro de nueve minutos de tregua
(eso sí, los japoneses unos genios)
Dos también se cansa,
aunque por momentos sea bueno y divertido,
pero se cansa de la plaga de ombligos que se espejan
y de rociar insecticida
(eso sí, ecológico)
Y tres no es que no canse cada aire de su canto,
pero tiene un timbre que me hace aferrarme absurdamente a su descanso,
que es igualmente cansado, pero que tiene su encanto.
(eso sí, no seré yo el que se quede mirando)
No hay comentarios:
Publicar un comentario